Este 6 de junio de 2025, el diputado ruso Dmitri Nóvikov, primer vicepresidente del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma Estatal, afirmó que Rusia podría ofrecer asilo político al magnate estadounidense Elon Musk en caso de que lo necesite, tras su creciente conflicto con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. “Creo que Musk no necesitará asilo político, aunque si lo necesitara, Rusia podría, por supuesto, proporcionárselo”, declaró Nóvikov a la agencia estatal TASS.
La oferta, aunque presentada como hipotética, evoca el precedente del exanalista de la CIA Edward Snowden, quien recibió asilo en Rusia en 2013 tras revelar programas de espionaje estadounidenses. Nóvikov, miembro del Partido Comunista, sugirió que Musk está “jugando un juego completamente diferente” y probablemente resolverá sus diferencias con las autoridades estadounidenses, pero destacó que Rusia estaría dispuesta a acogerlo si las circunstancias lo requirieran.
Por su parte, el ex presidente ruso y actual subjefe del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev, abordó el tema con un tono irónico en la plataforma X, ofreciéndose a “mediar” entre Musk y Trump. “Estamos dispuestos a facilitar un acuerdo de paz entre D y E por un precio razonable y a aceptar acciones de Starlink como recompensa. ¡No peleen, chicos!”, escribió Medvédev, haciendo referencia a la empresa de internet satelital de Musk.
El Kremlin, sin embargo, mantuvo una postura neutral. El portavoz presidencial, Dmitri Peskov, calificó la disputa como un “asunto interno de Estados Unidos” y aseguró que Rusia no interferirá ni hará comentarios al respecto, confiando en que Trump resolverá la situación por su cuenta. La controversia entre Musk y Trump estalló el 5 de junio, cuando el magnate criticó el plan fiscal de Trump, conocido como el “One Big Beautiful Bill”, por considerarlo una “abominación” que aumentaría el déficit estadounidense en 600 mil millones de dólares.
El enfrentamiento escaló rápidamente con insultos públicos en redes sociales. Musk afirmó que sin su apoyo financiero y el uso de su plataforma X, Trump no habría ganado las elecciones de 2024, y llegó a insinuar que el presidente aparece en los archivos de Jeffrey Epstein. Por su parte, Trump acusó a Musk de ineficiencia en su rol al frente del Departamento para la Mejora de la Eficiencia del Gobierno (DOGE) y amenazó con cancelar contratos gubernamentales con empresas como SpaceX y Tesla. Incluso aliados de Trump, como Steve Bannon, pidieron la deportación de Musk, calificándolo de “inmigrante ilegal parásito”, a pesar de que Musk es ciudadano estadounidense naturalizado desde 2002.
Este enfrentamiento ha generado reacciones internacionales, desde memes comparando la situación con disputas políticas en Rusia hasta comentarios serios sobre la influencia de Musk en la política estadounidense. La oferta de asilo, aunque vista por muchos como un gesto simbólico, refleja la intención de Rusia de capitalizar la controversia para resaltar tensiones internas en Estados Unidos. Mientras tanto, la Unión Europea también se pronunció, con la portavoz Paula Pinho declarando en tono jocoso que Musk es “muy bienvenido” en Europa bajo el programa “Choose Europe” para atraer empresas tecnológicas.
El futuro de esta disputa sigue siendo incierto, pero el caso pone de manifiesto las complejas dinámicas entre el poder político y empresarial en Estados Unidos, así como el interés global en las acciones de una figura tan influyente como Musk. ¿Podrán Trump y Musk reconciliarse, o marcará este episodio un punto de inflexión en su relación?
